El arte del vidrio es una tarea singular de transparencias y colores creados con hornos y sopletes. Nace por la fascinación del hombre ante la luz en sus diferentes expresiones, vibraciones, luces y sombras. La luz pura, el color vibrante, estremecedor, participan de una progresiva iluminación de la idea del artista que producen la lenta evolución del espíritu.

Trabajo el material en diferentes volúmenes. Juego con los vidrios que tienen 12 mm, 3 y 9. Eso genera un movimiento interno en el vidrio, además del que se crea con los diferentes colores. Por eso, cuando pasan los rayos del sol se convierte en una linterna mágica. Trabajo masas de vidrio ubicadas espacialmente, a veces con estructuras de hierro, cobre, estaño y plomo. En ocasiones, intento captar el momento mismo de la transformación de la materia, el sólido en líquido, el vidrio deslizándose en planos y líneas de metal, suspendido en el aire en el instante exacto de su fusión.

El arte del vidrio, me encuentra y me sorprende a los doce años cuando, paseando por el sur de Brasil, entro con mi padre en una catedral y un rayo de colores suspendido en la atmósfera toca mi rostro y mi alma para siempre.

Años más tarde, me dirigí a Chartres a buscar el saber, el oficio de los antiguos hacedores de transparencias...